“EL SALARIO YA NO ES UN PROBLEMA PORQUE ES MISERABLE”

   -Pegamos la mejor -dijo el presidente. (¡¡¡De eso no hay ninguna duda!!!) Fue su manera de transmitir, como estadista, las actuales relaciones entre el Estado nacional y el Vaticano. Los autómatas periodísticos de último diseño, dotados de artificial inteligencia, manifiestan en partes como esta espasmos que disimulan profesionalmente (para eso fueron diseñados), mientras sus dispositivos lógico-semánticos vacilan entre defenestrar al papa populista y festejar a quien les dice que es un tipo bárbaro.

   Anteriormente, sus programaciones respectivas ya evidenciaban una extraordinaria capacidad de funcionar en coro, reaccionando ante el estímulo del oficial discurso, interpretado por quien lo maltrata y encabeza. -No voy a aumentar el gasto -dice el presidente moviendo el cuerpo a su manera. -Va a bajar impuestos -asevera como quien tiene un dato legado por agentes del futuro un dispositivo biopsicosocioperiodístico. -¿Y a vos qué te parece? -entona electrizado por sus propios gestos el miembro ejecutivo. -Que sí -dice sonriente y precariamente emocionado el artefacto coral, sentado en el extremo opuesto de aquel que aún no habla. El del medio, durante todo lo que dura el espectáculo, es presa de pulsiones compulsivas que agitan su estructura, pendiente como nadie del eficaz sostén del reporteado, a quien brindó permanentemente herramientas de básica retórica en forma de fragmentos discursivos previamente preparados, precocidos, elaborados y ya interpretados en las matrices de los dueños de la escena.

   Probablemente nunca más se llegue a producir otro tamaño testimonio de semejante modalidad comunicativa dominante, y es por eso que quisimos salvaguardar como reliquia histórica este reportaje, editado por empleados del Estado al servicio de los intereses que el gobierno representa como puede.

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